LOGOS
LOGOS
Entre la sombra y la penumbra
de mi media noche,
rebusco en los escondrijos de mi mente
un pensamiento
que sea una verdad,
y en mi corazón
un sentimiento que sea real.
He andado tanto que mis pies,
están cansados de tanto caminar;
buscándote a tí,
tratando de encontrarte en alguien más.
En un instante me encuentro,
más algo me quiere perturbar;
un hedor remueve mis entrañas,
un veneno intoxica las almas;
en el misterio de la noche
me envuelvo lleno de pasión,
más no soy un fanático;
porque busco en la esencia de mi cuerpo
la fuerza para elevar una oración,
Él es mi todo,
y en ella lo encuentro a Él.
Una poesía inunda mis sentidos
acompañado de una canción;
enervante sabor me deleita
y busco ese sabor en tu sudor.
Remuevo la tierra
para plantar una semilla,
en sí, al que entierran soy yo;
me adentro en su matriz
y entre la oscuridad y el silencio,
se gesta un hijo de la luz.
Renazco nuevamente,
por un rito que perdura en la eternidad,
crezco como un árbol, del cual sus raíces
jamás podrán arrancar.
H.'. AGIEL
de mi media noche,
rebusco en los escondrijos de mi mente
un pensamiento
que sea una verdad,
y en mi corazón
un sentimiento que sea real.
He andado tanto que mis pies,
están cansados de tanto caminar;
buscándote a tí,
tratando de encontrarte en alguien más.
En un instante me encuentro,
más algo me quiere perturbar;
un hedor remueve mis entrañas,
un veneno intoxica las almas;
en el misterio de la noche
me envuelvo lleno de pasión,
más no soy un fanático;
porque busco en la esencia de mi cuerpo
la fuerza para elevar una oración,
Él es mi todo,
y en ella lo encuentro a Él.
Una poesía inunda mis sentidos
acompañado de una canción;
enervante sabor me deleita
y busco ese sabor en tu sudor.
Remuevo la tierra
para plantar una semilla,
en sí, al que entierran soy yo;
me adentro en su matriz
y entre la oscuridad y el silencio,
se gesta un hijo de la luz.
Renazco nuevamente,
por un rito que perdura en la eternidad,
crezco como un árbol, del cual sus raíces
jamás podrán arrancar.
H.'. AGIEL