Historia e iniciación
Al iniciaros en sus Misterios, la Masonería ha querido hacer de vosotros hombres escogidos, sabios o pensadores, elevándoos por sobre la masa de los seres que en nada piensan.
En la actualidad la lucha por la vida confina al hombre a la condición de bestia de carga, pero el pensador ha sido siempre la excepción, debe darse tiempo para meditar con calma y cultivar este arte llamado el arte por excelencia.
Siempre han existido factores que conspiran, para evitar la pena de pensar, llamémosle iglesia, sectas, o creencias científicas, debemos revivir la capacidad de pensar, y dudar, nos faltan pensadores y no es la enseñanza universitaria la que puede formarlos.
Ser sabio o pensador no es saber mucho, o memorizar datos, es tener el espíritu libre. Es formarse a sí mismo desbastando sus imperfecciones, para formar iniciados en la más alta acepción del vocablo, enseñándole a conquistar las más nobles prerrogativas de la naturaleza humana. Esta transformación exige un trabajo sostenido que consta de tres fases como vosotros mismos revelarán.
Corresponde al “Aprendiz” realizar la primera parte de “La Obra de los Filósofos”: “PONED ATENCIÓN APRENDICES”. El Ritual del grado te guía con un programa exacto de las operaciones que deberán efectuar con este objeto.
Se trata, en primer lugar, de proceder a una especie de pulimiento intelectual y moral, que tiene por objeto desembarazar el espíritu de todo lo que impide que la luz pueda llegar hasta vosotros. De ahí las “purificaciones” a que fuiste sometido; ellas te conducirán a “percibir” la luz. Y el nacimiento del “hijo del Hombre” del evangelio.
LOS METALES de los cuales habéis sido despojas, representan todo lo que brilla con engañoso destello y que seduce al común de las personas, desconfiad de los halagos, la falsa moneda que constituye una riqueza ilusoria, aprended a despreciar esta riqueza. Haceros pobres de espíritu, pues es indiscutible, que se está más cerca de la verdad cuando nada se sabe, que cuando se permanece apegado a los errores. EL QUE VIVE CONTENTO, CON NADA LO TIENE TODO, es la simplicidad, claridad, sencillez, de la infancia la que proporciona las condiciones para la búsqueda desinteresada de la verdad.
EL CUARTO DE REFLEXIONES los antiguos comparaban esta acción con un descenso a los infiernos para conocer la esencia intima el ser.
Profundizando y abstrayéndonos de las apariencias exteriores, penetrar a lo más profundo y cuando Saturno haya llevado a cabo su obra, el gallo de mercurio despertara vuestra inteligencia, razón y comprensión a las verdades iniciáticas, tened siempre en vuestras mentes, el acrónimo VITRIOL.
Sal, Mercurio y Azufre los tres principios de los alquimistas. La sal representa la cristalización que se efectúa entre, mercurio, que es la influencia del exterior y el azufre, la energía expansiva que proviene del centro de todo ser.
El testamento, Los emblemas fúnebres, de la Cámara de Reflexión deben recordar el fin necesario de las cosas, la fragilidad de la vida humana y de la vanidad y ambiciones terrenales. Habéis dado respuesta por escrito tres preguntas que se refieren a los deberes del hombre para con Dios, para consigo mismo y para con sus semejantes.
Esta división ternaria de todas nuestras obligaciones morales está basada en los tres principios de la alquimia.
Las tres preguntas propuestas abarcan, pues, todo el dominio de la moral universal.
No debéis limitaros a la teoría. Debéis de renunciar a todas las debilidades del pasado, para morir a la vida profana y así renacer a un modo superior de existencia.
Os habéis entregado a esta muerte simbólica, y habéis escrito vuestro testamento, acto en el que consigna los mandatos de vuestra voluntad, en el devenir de vuestro perfeccionamiento como masones podréis pulirlo o corregirlo.
Una iniciación, es un acto sagrado que no se compra con el oro, no se negocia en los gabinetes, no se toma por la fuerza bruta. Apenas se consigue por el derecho y por el conocimiento y sobre todo por el merecimiento, pues una iniciación, no se da desde fuera para adentro, es sin embargo una alquimia mental que transforma al ser en su interior integro y no solo en su cáscara.
Algunos dicen que fueron iniciados por los representantes de la Gran Fraternidad Blanca, que saben en dónde tienen sus monasterios, conocen sus secretos y hasta que ya fueron transformados por el simple hecho de haber mirado o haber sido tocado por sus amuletos. (¡Como si estos maestros viviesen aquí o precisasen de amuletos!).
Estos ilustres visionarios o alucinados conocen de todo se autoproclaman magos iluminados. Sin embargo, lo que presenciamos en la práctica no coincide con sus predicaciones. Las actitudes y la conducta de esos pseudoiniciados maestros están muy lejos de ser consideradas un bien para la humanidad.
Sábese, que, en la orden iniciática, existen dos círculos: uno es externo, dónde están todos aquellos que gravitan en las márgenes del poder ajeno, y son como hierbas parasitarias, en el otro, se hallan los iluminados, ese es el interno, dónde trabajan los iniciados por entero. Es en el interno, donde están los verdaderos maestros masones, pues además de instruir a aquellos que insisten en la superficialidad, perpetúan la verdadera dirección y objetivo de nuestra sublime institución y prácticamente son verdaderas obras vivas, a sembrar el amor, la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hombres.
Finalmente, a vosotros les corresponde responder a la pregunta ¿de dónde venís?
H:. Teogenes
En la actualidad la lucha por la vida confina al hombre a la condición de bestia de carga, pero el pensador ha sido siempre la excepción, debe darse tiempo para meditar con calma y cultivar este arte llamado el arte por excelencia.
Siempre han existido factores que conspiran, para evitar la pena de pensar, llamémosle iglesia, sectas, o creencias científicas, debemos revivir la capacidad de pensar, y dudar, nos faltan pensadores y no es la enseñanza universitaria la que puede formarlos.
Ser sabio o pensador no es saber mucho, o memorizar datos, es tener el espíritu libre. Es formarse a sí mismo desbastando sus imperfecciones, para formar iniciados en la más alta acepción del vocablo, enseñándole a conquistar las más nobles prerrogativas de la naturaleza humana. Esta transformación exige un trabajo sostenido que consta de tres fases como vosotros mismos revelarán.
Corresponde al “Aprendiz” realizar la primera parte de “La Obra de los Filósofos”: “PONED ATENCIÓN APRENDICES”. El Ritual del grado te guía con un programa exacto de las operaciones que deberán efectuar con este objeto.
Se trata, en primer lugar, de proceder a una especie de pulimiento intelectual y moral, que tiene por objeto desembarazar el espíritu de todo lo que impide que la luz pueda llegar hasta vosotros. De ahí las “purificaciones” a que fuiste sometido; ellas te conducirán a “percibir” la luz. Y el nacimiento del “hijo del Hombre” del evangelio.
LOS METALES de los cuales habéis sido despojas, representan todo lo que brilla con engañoso destello y que seduce al común de las personas, desconfiad de los halagos, la falsa moneda que constituye una riqueza ilusoria, aprended a despreciar esta riqueza. Haceros pobres de espíritu, pues es indiscutible, que se está más cerca de la verdad cuando nada se sabe, que cuando se permanece apegado a los errores. EL QUE VIVE CONTENTO, CON NADA LO TIENE TODO, es la simplicidad, claridad, sencillez, de la infancia la que proporciona las condiciones para la búsqueda desinteresada de la verdad.
EL CUARTO DE REFLEXIONES los antiguos comparaban esta acción con un descenso a los infiernos para conocer la esencia intima el ser.
Profundizando y abstrayéndonos de las apariencias exteriores, penetrar a lo más profundo y cuando Saturno haya llevado a cabo su obra, el gallo de mercurio despertara vuestra inteligencia, razón y comprensión a las verdades iniciáticas, tened siempre en vuestras mentes, el acrónimo VITRIOL.
Sal, Mercurio y Azufre los tres principios de los alquimistas. La sal representa la cristalización que se efectúa entre, mercurio, que es la influencia del exterior y el azufre, la energía expansiva que proviene del centro de todo ser.
El testamento, Los emblemas fúnebres, de la Cámara de Reflexión deben recordar el fin necesario de las cosas, la fragilidad de la vida humana y de la vanidad y ambiciones terrenales. Habéis dado respuesta por escrito tres preguntas que se refieren a los deberes del hombre para con Dios, para consigo mismo y para con sus semejantes.
Esta división ternaria de todas nuestras obligaciones morales está basada en los tres principios de la alquimia.
Las tres preguntas propuestas abarcan, pues, todo el dominio de la moral universal.
No debéis limitaros a la teoría. Debéis de renunciar a todas las debilidades del pasado, para morir a la vida profana y así renacer a un modo superior de existencia.
Os habéis entregado a esta muerte simbólica, y habéis escrito vuestro testamento, acto en el que consigna los mandatos de vuestra voluntad, en el devenir de vuestro perfeccionamiento como masones podréis pulirlo o corregirlo.
Una iniciación, es un acto sagrado que no se compra con el oro, no se negocia en los gabinetes, no se toma por la fuerza bruta. Apenas se consigue por el derecho y por el conocimiento y sobre todo por el merecimiento, pues una iniciación, no se da desde fuera para adentro, es sin embargo una alquimia mental que transforma al ser en su interior integro y no solo en su cáscara.
Algunos dicen que fueron iniciados por los representantes de la Gran Fraternidad Blanca, que saben en dónde tienen sus monasterios, conocen sus secretos y hasta que ya fueron transformados por el simple hecho de haber mirado o haber sido tocado por sus amuletos. (¡Como si estos maestros viviesen aquí o precisasen de amuletos!).
Estos ilustres visionarios o alucinados conocen de todo se autoproclaman magos iluminados. Sin embargo, lo que presenciamos en la práctica no coincide con sus predicaciones. Las actitudes y la conducta de esos pseudoiniciados maestros están muy lejos de ser consideradas un bien para la humanidad.
Sábese, que, en la orden iniciática, existen dos círculos: uno es externo, dónde están todos aquellos que gravitan en las márgenes del poder ajeno, y son como hierbas parasitarias, en el otro, se hallan los iluminados, ese es el interno, dónde trabajan los iniciados por entero. Es en el interno, donde están los verdaderos maestros masones, pues además de instruir a aquellos que insisten en la superficialidad, perpetúan la verdadera dirección y objetivo de nuestra sublime institución y prácticamente son verdaderas obras vivas, a sembrar el amor, la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hombres.
Finalmente, a vosotros les corresponde responder a la pregunta ¿de dónde venís?
H:. Teogenes